lunes, 4 de septiembre de 2017

Transportes de Cuidados Críticos
El transporte aeromédico del paciente crítico es una necesidad real en la actualidad, dado que en muchas ocasiones representa la única opción para brindarle al paciente una atención médica de alta prioridad en centros hospitalarios especializados, lo cual siempre habrá de ser precedido por la evaluación de los posibles riesgos contra los potencia
Se puede dividir en dos grandes categorías: Vuelo estable o  en avión de ala fija y en helicóptero. Estos dos tipos de Transporte  tienen muchas características en común, pero también diferencias importantes a favor del TAM en avión de ala fija, entre las cuales se encuentran: Mayor autonomía, mayor estabilidad en el vuelo, mayor espacio para realizar maniobras y fundamentalmente la presurización de la cabina (esto es, la creación de una presión atmosférica o altitud de la cabina) dentro del avión.
El factor decisivo en la elección de uno u otro tipo de transporte generalmente se relaciona con la eficacia del transporte aeromédico, estado de salud del paciente y factores logísticos (Ejemplo: Distancia). El TAM en avión de ala fija generalmente es utilizado en pacientes que deben recorrer distancias grandes de aproximadamente 200-250 millas y puede operar en condiciones climáticas adversas que restringen el uso de helicópteros. Para transporte de menos de 200 millas, se usa habitualmente el TAM en helicóptero.
El transporte aeromédico ha probado ser un medio de traslado seguro y efectivo para pacientes de todas las edades con serias condiciones médicas, quirúrgicas y obstétricas. Dado que los pacientes críticamente enfermos tienen riesgo incrementado de morbilidad y mortalidad durante el transporte, dichos riesgos deben ser minimizados y subsecuentemente los resultados optimizados mediante una planeación cuidadosa, lo cual incluye contar con personal médico y paramédico calificado y disponibilidad del equipo electromédico apropiado. El paciente debe recibir el mismo monitoreo fisiológico durante el transporte que el que está recibiendo en la Unidad de Cuidados Intensivos, si ello es tecnológicamente posible. Todo paciente críticamente enfermo contará, como mínimo, con el siguiente monitoreo durante el transporte: Monitoreo continuo de la frecuencia respiratoria, del trazo electrocardiográfico y de la oximetría de pulso, además de la medición intermitente de la presión arterial. Se debe realizar el registro de las acciones médicas realizadas y solicitar los estudios de laboratorio y gabinete que se hayan efectuado al paciente.

El transporte aeromédico no está exento de controversias, por ello se han planteado cuestionamientos acerca de la seguridad, de los costos financieros, del uso apropiado del transporte médico aéreo.

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